7 cosas que me gustaría que las personas supieran acerca de criar a niños con dislexia
Como madre de dos niños con dislexia (y otras diferencias de aprendizaje), y siendo yo una persona con dislexia, he aprendido mucho a lo largo de los años.
He aprendido cómo abogar por mis hijos. Ahora entiendo cómo colaborar mejor con los maestros. Y a veces hasta tengo respuestas para las preguntas difíciles sobre la dislexia que una vez me desconcertaron. Ya no soy una novata.
Sin embargo, a pesar de lo que ahora sé, a veces me sigo sintiendo incomprendida como madre. Hay momentos en los que no quiero tener que explicar qué es la dislexia o qué necesitan mis hijos. Pero lo sigo haciendo, tanto al personal de la escuela como a otros padres.
Estas son siete cosas que desearía que las personas entiendan acerca de lo que significa criar a niños con dislexia.
1. Mis hijos tienen que trabajar el doble para mantenerse a flote en la escuela
La lectura es extenuante para los niños con dislexia, la escritura es laboriosa y la ortografía es absolutamente una tortura.
Todas esas habilidades se requieren en cada asignatura que mis hijos tienen en la escuela. Pueden tardar dos a tres veces más tiempo haciendo la tarea que los otros niños. Aún así, ¡la hacen todos los días! Quiero que las personas entiendan lo mucho que mis hijos se esfuerzan diariamente solo para estar al día.
2. Mis hijos tienen fortalezas que no se ven en la escuela
Nuestra sociedad tiene una idea muy particular de cómo se supone que es ser exitoso en el salón de clases. A menudo los estudiantes son calificados por lo rápido que leen o por cuántas palabras familiares a simple vista pueden pronunciar. Lamentablemente, estas son las áreas en las que los niños con dislexia, como los míos, tienen problemas.
Y aunque mis hijos leen con lentitud, tienen otras aptitudes. Por ejemplo, mi hija tiene una habilidad asombrosa para ver las cosas, describirlas y analizarlas. Pero en la escuela no suelen medir esta capacidad. Ella no tiene la misma oportunidad que otros niños de sobresalir y ser reconocida por sus capacidades visuales.
3. Todos los días se sienten diferentes a sus compañeros
Tan solo tener un puede hacer sentir diferentes a los niños. Pero son los problemas que enfrentan día tras día los que realmente les recuerda a mis hijos cómo tener dislexia los excluye.
¿Puede imaginarse ver a todo el salón de clases terminar un examen y darse cuenta de que usted tan solo ha terminado la mitad?. O ¿haber leído solo una tercera parte de la lectura asignada antes de que empiece la discusión en grupo en la clase? Estos recordatorios constantes de sus dificultades para leer son un peso diario para mis hijos.
4. Es frustrante cuando los maestros saben poco sobre la dislexia
Todos los años antes de que empiece la escuela, me reúno con los maestros de mis hijos y discutimos sus servicios de educación especial y sus diferencias de aprendizaje. Entre mis dos hijos, he participado en estas reuniones casi una docena de veces.
Estoy agradecida de tener esta oportunidad, pero a veces es desesperante. Algunos maestros tienen muy poco conocimiento de las diferencias de aprendizaje como la dislexia. Quisiera que los educadores estuvieran más capacitados para enseñar a niños con dislexia, y que entendieran cómo la dislexia los afecta en cada aspecto de su día escolar.
5. Mi labor más importante es defender a mis hijos
Todos tenemos roles en la vida. Me gusta decir a las personas que “mis hijos son mi trabajo”. Si parezco completamente enfocada en cómo les está yendo y no pongo atención a otras cosas, es porque ese es el trabajo de mi vida.
Yo tomo seriamente mi rol como miembro del equipo del IEP. Soy una socia igualitaria que contribuye al plan educativo de mis hijos. Estoy ahí para ayudar a tomar decisiones acerca de lo que es apropiado para ellos. Estoy deseosa de compartir con el personal de la escuela lo que he aprendido y observado en mis hijos. No solo quiero cubrir sus necesidades básicas. Quiero ayudarlos a desarrollar su máximo potencial.
6. Me siento triste al ver a mis hijos con problemas siendo tan pequeños
Todos los padres queremos lo mejor para nuestros hijos. Queremos que prosperen. Queremos que sientan la felicidad que acompaña los logros.
Sé que eventualmente la vida les traerá problemas a mis hijos, como les sucede a todos. Pero no esperaba que empezaran a tener dificultades en primer grado para aprender a leer. Hay días en que me siento triste al ver a mis hijos esforzarse por adquirir una habilidad esencial para la vida, como leer, que otros han aprendido fácilmente.
7. Mis hijos son las personas más valientes que conozco
Incluso para los adultos, es difícil opinar y llamar la atención cuando la situación es difícil. Usted tiene que conocerse muy bien y saber cómo poner en palabras sus fortalezas y necesidades para que otros entiendan.
Eso es difícil para cualquiera. Ahora imagine lo difícil que es para los niños. Abogar por sí mismo requiere tener mucho valor.
Nada me hace sentir más orgullosa que escuchar a mis hijos pedir lo que necesitan. Ellos entienden el impacto que tiene la dislexia en su desempeño y en sus deberes escolares. Quieren tener las mismas oportunidades que los demás. Saben que con su IEP tienen ese derecho.
Tienen el valor de cambiar un entorno que puede que funcione para otros niños, pero que necesita ser ajustado para ellos. Eso es ser valiente de verdad.