8 pasos para abogar por su hijo en la escuela
Abogar por su hijo significa hablar en su nombre: Hacer preguntas, plantear inquietudes y pedir ayuda. También es enseñarle a su hijo a expresar sus necesidades y defender sus derechos. Pero no siempre es fácil hacerlo.
Hay padres a quienes les resulta difícil o incómodo hablar con los educadores. Puede que sientan que nos les corresponde. Es posible que hayan tenido malas experiencias en el pasado. Además, algunos padres no están seguros de qué decir o en qué momento.
Cuando las cosas no van bien en la escuela, usted es la voz de su hijo, y no solamente en las conferencias de padres y maestros. Usted conoce sus fortalezas, desafíos e intereses. Abogar por su hijo lo ayuda a asegurarse de que reciba el apoyo que necesita para progresar.
Estas son ocho recomendaciones para ayudarlo a abogar por su hijo en la escuela.
1. Comprender lo que significa abogar
Tal vez usted piense que tiene que sentirse seguro de sí mismo y saberlo todo para poder abogar por su hijo. Pero “abogar” únicamente significa expresar sus preocupaciones.
Usted puede expresar sus inquietudes de una manera que le resulte cómoda. No tiene que hablar fuerte ni en presencia de muchas personas. Puede hacerlo de manera discreta y frente a una sola persona, como el maestro de su hijo.
2. Saber que está bien expresar su opinión
Es posible que usted considere que no le corresponde involucrarse en la educación de su hijo. Incluso podría pensar que es sobrepasarse. Pero es apropiado hablar cuando usted está preocupado. Comunicar sus inquietudes no es una falta de respeto. Los maestros quieren que a los niños les vaya bien y saben que las padres tienen mucha información valiosa.
3. Escribir sus ideas
Es útil escribir lo que usted quiere hablar. Si necesita ayuda para organizar sus ideas y planificar las cosas que quiere decir, utilice esta hoja de trabajo para las conferencias de padres y maestros.
Hoja de trabajo para la conferencia de padres y maestrosPDF - 110.7 KB
Algunas personas piensan mejor en voz alta. Si este es su caso, grabe lo que está pensando en un teléfono celular. O hable con un amigo o familiar que pueda tomar notas de lo que usted dice. Saber con anticipación lo que quiere decir facilita la conversación.
4. Comience con alguien de confianza
Empiece con el maestro de su hijo, si ha desarrollado una buena relación. Envíele un correo electrónico, una nota, un mensaje de texto o llámelo por teléfono para averiguar cuándo podría ser un buen momento para hablar.
Si no se siente cómodo de hablar con el maestro, busque a alguien de confianza para que lo ayude a decidir qué hacer. Podría ser alguien de la administración, un consejero o el bibliotecario de la escuela. También podría hablar con otros padres que hayan experimentado una situación similar. Solo tenga en cuenta que es posible que los otros padres también hayan tenido una experiencia estresante y emotiva.
Es mejor hablar con alguien de confianza que no hablar. Lo ayudará a sentirse más seguro cuando hable con el maestro u otro miembro del personal escolar.
5. Hacer todas las preguntas necesarias
Puede comenzar por hacer preguntas sobre lo que está sucediendo en la escuela. Pregunte qué están aprendiendo los niños a esa edad y si su hijo lo está aprendiendo con la misma facilidad que los demás.
Si le preocupan cosas específicas, pregunte sobre ellas. Por ejemplo, usted puede decir: “Parece que mi hijo está teniendo dificultad en matemáticas. Cada vez que tiene que hacer una tarea de matemáticas llora y dice que es tonto. ¿Esto es común?”. O podría decir: “Me preocupa que mi hija lea tan despacio y tenga dificultad para reconocer palabras sencillas. ¿Usted también lo ha notado?”.
6. No temer mostrar sus emociones, pero con respeto
Abogar por su hijo genera emociones. Es difícil hablar de sus preocupaciones, especialmente frente a extraños. No tema emocionarse. Incluso llorar.
Sin embargo, trate de no tomarse las cosas de manera personal ni atacar a nadie. Cuando las personas se sienten atacadas es menos probable que quieran ayudar. La mayoría de los maestros y del personal escolar tratan de ayudar, incluso si no están todos de acuerdo.
7. Solicitar ayuda adicional para su hijo
Averigüe qué hacer si su hijo va atrasado en la escuela. No tema preguntar qué ayuda hay disponible. También puede solicitar una evaluación escolar gratuita para entender cuáles son las habilidades y necesidades de su hijo. Los resultados de esa evaluación se utilizarán para determinar qué tipo de apoyo y ayuda necesita su hijo en la escuela.
Es recomendable hacer cualquier solicitud por escrito. Guarde copias de ellas y utilice un registro de comunicación para dar seguimiento de con quién habló y cuándo.
8. Seguir abogando
Abogar por su hijo no es algo que se hace una sola vez. Probablemente tendrá que seguir haciéndolo. Es bueno saber con qué frecuencia puede contactar al maestro de su hijo. También hay otros momentos y maneras de mantenerse informado. Por ejemplo, las reuniones de la asociación de padres y maestros (PTA, por sus siglas en inglés) pueden proporcionar información sobre lo que está ocurriendo en la escuela, así como sobre otros recursos que pudieran ayudar a su hijo.