Qué quisiera que las personas supieran sobre criar a un niño con discalculia
Matemáticas era la asignatura que menos me gustaba cuando era niña. Ahora soy madre y mi hija tiene dificultad con las matemáticas. Una evaluación mostró que tiene discalculia. Logramos que recibiera apoyo en el salón de clases a través de un .
Pero la discalculia la afecta también fuera del aula. Estas son ocho cosas que me gustaría que las personas sepan sobre la crianza de un niño con discalculia.
1. La matemática básica puede ser un desafío
Las matemáticas simples pueden ser difíciles para los niños con discalculia. Usar papel cuadriculado para alinear los números la ayuda, pero mi hija necesita más adaptaciones. Por ejemplo, tiempo adicional en los exámenes. También ayuda cuando los maestros adaptan los exámenes de forma que incluyan menos problemas en cada página.
2. Decir la hora también puede ser difícil
Mi hija no usa un reloj de pulsera porque le cuesta saber qué hora es. Recuerdo que en la escuela media una maestra le preguntó la hora frente a todos en el salón. Al no poder responder rápidamente, toda la clase se burló de ella. Ese fue un día penoso.
3. Perderse es una preocupación real
A mi hija le cuesta orientarse. Incluso si usa una brújula o un teléfono inteligente. Y diferenciar la izquierda de la derecha puede ser un reto. (Uno de nuestros trucos favoritos es hacer la letra “L” con ambas manos para verificar cuál es la mano izquierda). Aún ahora que es una adolescente, nuestra hija sigue necesitando instrucciones escritas con referencias y señales cuando camina hacia la ciudad. Le preocupa estar dando vueltas o perderse.
4. Tenemos que ser creativos con los juegos
Mi hija evita cualquier juego o deporte que requiera hacer cálculos mentales. Juegos de mesa populares como Monopoly y Risk pueden ser muy complicados para ella. Le va mejor con juegos y juguetes creativos como Jenga y Legos.
5. La discalculia afecta otras asignaturas
A mi hija le cuesta medir las cosas. Esta es una señal común de discalculia. En el laboratorio de ciencias de la escuela media, tenía dificultad para comparar las medidas de los líquidos y los sólidos. Afortunadamente, un maestro se dio cuenta y estuvo practicando con mi hija durante la hora del almuerzo. Eso fortaleció su confianza.
6. Pagar puede ser un problema hasta para ir a la heladería
A mi hija le preocupa que los niños que están detrás de ella en la fila de la cafetería de la escuela se burlen si tarda demasiado tiempo pagando. Y durante una visita reciente a la heladería de nuestro vecindario, tuvo dificultad para calcular cuánto debía pagar. Una de las razones es que le cuesta organizar su billetera y los billetes están todos arrugados.
7. Sus dificultades con las matemáticas la avergüenzan
Mi hija usó los dedos para contar durante más tiempo que la mayoría de los niños. Se sentía avergonzada, por lo que durante la escuela media escondía sus dedos debajo del escritorio mientras contaba.
8. La discalculia no “desaparece”
La discalculia no desaparece con el tiempo. Es una constante en la vida de mi hija (y en la nuestra). Y habrá más momentos difíciles en la escuela y en otros lugares. Pero como familia hemos aprendido a adaptarnos para darle a mi hija el apoyo que necesita.
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