Salma Hayek asume su dislexia
Cuando Salma Hayek llegó a Los Ángeles a los 25 años, proveniente de México, apenas podía leer un letrero en la calle. Casi no hablaba inglés. Sabía que aprender otro idioma sería un reto, ya que había tenido problemas con la dislexia toda su vida.
Pero Salma no es de las personas que se echa para atrás ante un desafío. La aclamada actriz, productora y directora se sobrepuso a sus dificultades de aprendizaje y la barrera del idioma. Como muchas otras personas famosas que piensan y aprenden de manera diferente, fue más allá de sus desafíos y persiguió su pasión.
Hoy en día, Salma es famosa por sus talentos en películas y televisión. También es una apasionada abanderada de muchas causas: servicios médicos a nivel mundial, prevención de la violencia en el hogar y problemas ambientales. También se ha abocado a la creación de oportunidades para las mujeres latinas en Hollywood.
Con los años ha logrado dirigir la atención pública hacia estos problemas. Pero también ha hecho mucho hincapié en sus desafíos (y triunfos) como resultado de tener dislexia. Para ella, tener dislexia es parte de su identidad.
Una infancia divertida y dificultades ocultas con la lectura
Nacida y criada en Coatzacoalcos, México, Salma fue una niña divertida y traviesa. Tuvo un par de monos como mascotas. Le encantaba la gimnasia y ver Willy Wonka y la fábrica de chocolate, su película favorita cuando era pequeña.
Salma le rogó a sus padres que le permitieran asistir a un internado en los Estados Unidos, lo cual hizo durante un corto periodo. Todavía recuerda las bromas que hacía allí a sus compañeras.
Después de regresar a México, protagonizó una producción teatral local de Aladino. Fue entonces que descubrió su talento para la actuación. Sus dificultades con la lectura no fueron un obstáculo para su pasión por la actuación.
Salma siempre tuvo dificultad para leer, pero fue una buena estudiante. No fue hasta que llegó a la adolescencia que fue diagnosticada con dislexia. E incluso en ese entonces, muchas personas no sabían que tenía dificultades.
“En realidad aprendo con rapidez. Siempre ha sido así, y quizás por eso no se dieron cuenta en el bachillerato de que yo tenía dislexia. Aprobé años sin estudiar demasiado”, afirma
Después del bachillerato estudió ciencias políticas en la Universidad Nacional de México. Pero de nuevo, estaba destinada a ser el centro de atención. A los 22 años de edad se había convertido en una de las actrices de telenovelas más importante del país.
Salma quería ser algo más que una actriz reconocida: “En algún momento dije, no quiero hacer esto, no es mi sueño …empezaré una compañía. Haré proyectos para mí. Voy a hacer proyectos para otras mujeres latinas”.
Poco después, se fue a Hollywood para alcanzar su sueño.
Un comienzo difícil en Hollywood
Habían pasado años desde que Salma había estado en el internado, pero estaba segura de que podía recuperar rápidamente su conocimiento de inglés. Pero entre la barrera del idioma y su dislexia, “pronto me di cuenta de que no iba a ser difícil aprender. ¡Iba a ser casi imposible!”.
¿Cómo fueron esas primeras audiciones en un país nuevo? “Todos pensaban que estaba fuera de mi alcance. “Las personas en Hollywood fueron las primeras en intentar desanimarme. Me dijeron que me regresara. Que no tenía futuro allí”.
Pero se negó a darse por vencida y después de hacer varias películas, en 2002 obtuvo el papel que la catapultó a la fama. Protagonizó y produjo Frida, basada en la vida de la artista Frida Kahlo. Fue nominada al Oscar por su actuación.
Luego, Salma protagonizó y coprodujo la versión estadounidense de la exitosa telenovela colombiana Betty la fea, la cual abrió el camino para que muchos actores y actrices latinos fueran reconocidos.
Sus sueños se estaban haciendo realidad. "Tengo acento, soy disléxica, bajita y rellenita”. “Diga cualquier cosa que yo la tengo, pero estoy aquí. Debo ser la mujer más afortunada en el mundo”.
Superar desafíos y aceptar su dislexia
Tener dificultades con la lectura ya no la molesta. “Algunas personas leen muy rápido, pero cuando les hacen preguntas sobre el guion, lo han olvidado. Tardo en leer un guion, pero solo lo leo una vez”.
Más que eso, Salma está agradecida del camino al que la ha conducido su carrera: “Soy afortunada de que no fue fácil, porque he aprendido mucho tratando de averiguarlo todo y hacer cosas por mí misma”.
Si cree que su hijo pudiera tener dislexia, conozca qué pasos seguir. Y si recientemente se enteró de que su hijo tiene dislexia, lea qué hacer a continuación.