5 mitos comunes sobre la intervención temprana
El proceso para obtener intervención temprana puede ser confuso. Es posible que escuche mitos que dificultan saber qué es cierto y cuál es la mejor manera de ayudar a su hijo.
Conocer los hechos puede ayudarlo a tomar decisiones informadas. Esta es la realidad acerca de 5 mitos sobre la intervención temprana.
Mito #1: La intervención temprana es solo para los niños con problemas graves
Realidad: Los niños son elegibles para recibir servicios de intervención temprana si los necesitan. No dependen de la gravedad de su discapacidad.
Los niños menores de 3 años califican para obtener intervención temprana si tienen una discapacidad o retrasos en el desarrollo. Esto incluye a los niños que no han alcanzado ciertos hitos del desarrollo, como los relacionados con la comunicación o el desarrollo socioemocional.
Mito #2: La intervención temprana es costosa
Realidad: La (IDEA, por sus siglas en inglés) dice que las familias con niños que son elegibles deberían recibir varios servicios sin ningún costo. Una vez que se realice una evaluación de intervención temprana a su hijo, y se determine que califica, usted trabajará con un coordinador de servicios para implementar un plan.
Dependiendo del estado donde resida, usted podría tener acceso a servicios más especializados con tarifas variables. Esto significa que usted tal vez tenga que pagar algunos de los servicios de intervención temprana, cuyos costos estarán basados en el monto de sus ingresos.
Puede que algunos servicios sean cubiertos por su seguro médico o Medicaid. Pero usted tiene que otorgar su consentimiento por escrito para que se le cobre a su seguro. Sin embargo, aunque usted no pueda pagar los servicios o no autorice el uso de su seguro, no le pueden negar los servicios a su hijo.
Si su familia no tiene seguro médico, visite este sitio web del gobierno (enlace en inglés) para conocer opciones gratuitas o de bajo costo.
Mito #3: La intervención temprana “cura” a los niños
Realidad: Una intervención temprana intensiva puede ayudar a los niños pequeños con retrasos del desarrollo a ponerse al día. Pero no puede “curar” condiciones de por vida como el autismo, el TDAH o el síndrome de Down. Aunque sí puede hacer una gran diferencia, y tener efectos positivos a largo plazo.
Esto se debe a que entre el nacimiento y los 5 años de edad, el cerebro de los niños se desarrolla rápidamente y forma nuevas conexiones. Es un momento crucial para enseñar habilidades tanto a los niños pequeños como a sus familias.
Mito #4: Usted pasará mucho tiempo trasladándose y en salas de espera
Realidad: Las familias son aliados importantes en la intervención temprana. Los profesionales trabajan con los niños unas pocas horas a la semana (o más). Pero usted y otros cuidadores de su hijo son quienes practican con él cuando los profesionales no están presentes.
Además, la ley establece que esos servicios se deben proporcionar en “entornos naturales”, en la medida de lo posible. Los entornos naturales son lugares familiares en los que su hijo, la familia y los proveedores de servicios pueden realizar actividades cotidianas. Esto podría ser su casa o un parque cercano. O podría ser trabajar en el jardín, ir de compras al supermercado o visitar amigos.
Todo esto facilita que su hijo practique habilidades nuevas sin necesidad de salir de casa. También facilita que usted aprenda lo necesario para practicar con su hijo y ayudarlo. En la medida de lo posible, los proveedores de servicios van adonde esté su hijo, en lugar de que ustedes acudan a ellos.
Conozca más sobre dónde trabajarán los especialistas en intervención temprana con su hijo.
Mito #5: Los niños que no califican tienen que esperar hasta kínder
Realidad: Si usted no está de acuerdo con los resultados de una evaluación, puede objetar esa decisión. Puede solicitar reunirse con las autoridades correspondientes para discutir sus inquietudes. Esto se conoce como mediación. También puede solicitar una audiencia imparcial, conocida como audiencia de debido proceso.
Si usted está de acuerdo con que su hijo no sea elegible pero necesita ayuda, pida al coordinador de servicios que lo ayude a encontrar servicios en su localidad.
Obtenga más información sobre qué hacer si su hijo no califica para los servicios de intervención temprana.