Mi hijo no comerá nada de lo que vamos a servir el Día de Acción de Gracias. ¿Qué puedo hacer?
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¡Algo me dice que esta es una pregunta complicada! Sin importar la respuesta, alguien se va a molestar, se va a sentir ofendido o se va a frustrar. Pero hay una manera de tener un Día de Acción de Gracias (Thanksgiving) en el que todos se levanten de la mesa con lindos recuerdos (y el estómago lleno).
Lo primero y más importante es no olvidar que, pese a los deliciosos olores que emanan de la cocina, el Día de Acción de Gracias no es solo acerca de comer. Esta celebración es para personas que se preocupan por los demás y quieren pasar un buen rato juntas.
Familiares y amigos reunidos contando historias, jugando, riéndose… Estos son los ingredientes esenciales que hacen que esta fiesta sea tan especial. Claro que la comida es importante, pero no debería ser un obstáculo para que todos se sientan incluidos y queridos.
Esta celebración puede ser una excelente oportunidad para que ayude a su suegra a entender qué es lo que irrita a su nieto. Trate de visitarla (o hablarle por teléfono) unos días antes de la reunión para explicarle de qué se tratan las dificultades de procesamiento sensorial. Ayúdela a entender por qué su hijo actúa de cierta forma en determinadas situaciones. Discutan qué pueden hacer las dos para ayudarlo a que se sienta aceptado.
Por ejemplo, pueden discutir el menú y qué platos va a negarse a comer su hijo. Una vez que le explique las dificultades que tiene su hijo con ciertos alimentos, pueden decidir servir algunos que le gusten a su hijo.
Si por cualquier razón usted es cautelosa a la hora de hablar con sus familiares sobre las dificultades de su hijo, no hay nada malo con que su hijo coma antes de ir a la cena del Día de Acción de Gracias. También puede llevarle un sándwich. Es importante que le hable con anticipación sobre dónde y cuándo comer esos sándwiches de manera que no atraiga la atención sobre su sensibilidad a ciertos alimentos.
Por último, su hijo puede tener dificultad para comer alimentos que tienen sabores y texturas particulares, pero no hay razón por la que no pueda ayudar durante la cena del Día de Acción de Gracias. ¿Podría ayudar a poner la mesa, llevar los platos o lavarlos? Si hay maneras de que se luzca, facilítelas. Su suegra se pondrá contenta de tener un ayudante y de que todos se diviertan.