Niños con dislexia y padres con horarios de trabajo complicados: La familia Martial se prepara para el regreso a clases
¿Regresar a la escuela o continuar con el aprendizaje a distancia? Esta es una pregunta que se hacen muchas familias, incluida la familia Martial de Hastings, Nueva York.
Desde el comienzo de la pandemia, Karina Martial ha estado haciendo malabares para encargarse de todo. Ella es madre soltera de tres hijos, Kalani de 17 años y las gemelas Isla y Amelie de 12 años. Cuando las escuelas se cerraron en la primavera, tuvo que agregar la “enseñanza” a su lista de obligaciones diarias, además de su trabajo desde casa.
El aprendizaje a distancia fue difícil para toda la familia. Isla y Amelie tienen dislexia y reciben instrucción especial. Karina, quien es psicóloga escolar, nos cuenta su historia y sus primeras ideas sobre cómo manejarán la escuela en el otoño.
Fue una experiencia muy diferente para nosotros, por decirlo de alguna manera. Al principio, estaba nerviosa por la educación a distancia. Tanto Amelie como Isla tienen dislexia y siguen un IEP. Tienen algunas clases con todos sus compañeros y otras con un número reducido de estudiantes donde reciben instrucción especial en lectura y matemáticas.
Sus maestros de educación general hicieron lo posible por acomodarlas, pero tenían muchos más estudiantes que atender de lo habitual. Por lo tanto, la presión de guiarlas en sus estudios recayó principalmente en mí. Afortunadamente, trabajamos en equipo y salimos adelante, pero me siento un poco inquieta por las consecuencias que esto tendrá para ellas a largo plazo.
Isla y Amelie quieren ver a sus amigas, sobre todo después de los acontecimientos recientes de injusticia racial. Siempre he hablado de manera abierta con mis hijos sobre el racismo, sobre todo porque vivimos en una ciudad donde la población es mayoritariamente blanca. Por supuesto, he tenido que hablar de manera diferente con mi hijo que con mis hijas. Él es mayor y entiende el tema racial mejor que sus hermanas.
Con mis hijas soy más discreta. Ellas están en una edad en la que quieren ser como los demás. Por eso, les he estado hablando más de nuestra cultura últimamente. Hemos visto películas juntas e incluso hemos participado en protestas del movimiento “Black Lives Matter” en nuestra comunidad.
Estoy inquieta por lo que pasará en el otoño, tanto para mis hijos como para mí. El distrito escolar ha informado que hay tres opciones para el regreso a clases. Una opción son las clases presenciales, otra es continuar con el aprendizaje a distancia y la última es una combinación de ambas.
Trabajo a tiempo completo en una escuela, y si nuestros horarios no coinciden no sé qué voy a hacer. Por lo general, tengo ayuda de sus abuelos. Pero por mucho que a mi padre de 82 años le encanta ver que sus nietos estudian desde casa, no puedo correr el riesgo.
Tengo claro que no puedo dejarlos solos en casa. Eso sería un caos y no quiero ni pensarlo. Su padre es trabajador social en una sala de emergencias y trabaja en las noches. Una opción sería que él se ocupara durante el día. En este caso, al menos sería un caos supervisado. Pero no sabemos nada con certeza hasta que el estado de Nueva York tome una decisión.
Por el momento estamos disfrutando lo que queda del verano. Si soy honesta, todos nos hemos desconectado. Los niños siempre están felices cuando termina la escuela, pero este año se alegraron más de lo usual. Y yo también.
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