Es fácil quedar atrapado en pensamientos negativos cuando usted está acostumbrado a los percances. Cambie el enfoque de “lo que está yendo mal” a “lo que está yendo bien”.
Consejo práctico 2
Pida ayuda.
Pida ayuda.
Necesitar ayuda y pedirla no es una señal de debilidad. Al abogar por sus intereses está buscando soluciones, en lugar de únicamente enfrentar los desafíos.
Consejo práctico 3
Acepte el proceso.
Acepte el proceso.
Haga énfasis en los pasos que conducen a un resultado, no en el resultado en sí mismo. El propósito de la mentalidad de crecimiento es aprender y mejorar, no lograr.
La mentalidad de crecimiento describe una manera de ver los desafíos y contratiempos. Las personas que tienen una mentalidad de crecimiento creen que sus capacidades se pueden modificar, incluso si tienen dificultad con algunas habilidades. Piensan que con la práctica sus habilidades pueden mejorar gradualmente.
Las personas con la creencia opuesta (que las habilidades no se pueden modificar) tienen una mentalidad fija. Piensan que sus habilidades no mejorarán, sin importar cuánto se esfuercen.
La mentalidad no es algo rígido. Las personas pueden tener una mentalidad de crecimiento en ciertos momentos y una mentalidad fija en otros. Pueden tener enfoques diferentes para diferentes desafíos. Y su manera de pensar puede cambiar con el tiempo.
Tener una mentalidad en crecimiento puede tener beneficios reales. Ayuda a las personas a replantear su enfoque ante los desafíos y a mantenerse motivadas en mejorar sus habilidades. En lugar de pensar: “No puedo hacer esto”, piensan: “Aún no puedo hacerlo”.
La teoría de la mentalidad de crecimiento no es nueva. Surgió de una investigación enfocada en niños realizada por la psicóloga Carol Dweck y sus colegas. Pero el concepto también se aplica en adultos.
La mentalidad de crecimiento no es algo con lo que las personas necesariamente nazcan. Tanto los niños como los adultos pueden desarrollar la creencia de que las cosas que les resultan difíciles ahora, tal vez no sean difíciles siempre.
Profundice
Mitos acerca de la mentalidad de crecimiento
Se han realizado muchas investigaciones sobre la mentalidad de crecimiento. No obstante, siguen existiendo conceptos erróneos acerca de lo que es y lo que no es. Estos son algunos mitos (y verdades) comunes.
Se tiene o no se tiene. No es verdad. Todos tenemos una mezcla de mentalidad fija y de crecimiento que cambia en función de nuestras experiencias y las respuestas que recibimos.
La mentalidad de crecimiento consiste en ser positivo. Es más que eso. La mentalidad de crecimiento significa aceptar los comentarios o respuestas de las personas, aprender de la experiencia y desarrollar estrategias para mejorar.
Los elogios desarrollan una mentalidad de crecimiento. Depende de lo que usted esté elogiando. Lo importante es la manera en que una persona enfrenta un desafío, no cuánto se ha esforzado o qué tan exitosa fue.
Mentalidad de crecimiento y diferencias en la manera de pensar y aprender
Todos tenemos momentos en los que sentimos que nunca mejoraremos en algo o que estamos destinados a fracasar en ciertas tareas. Pero las personas que piensan y aprenden de manera diferente suelen enfrentar más obstáculos que otras personas.
Usualmente saben cuándo no están haciendo las cosas tan bien como los demás, y puede que duden de su capacidad de mejorar. Puede que se sientan juzgados o criticados. Y eso puede causar que se sientan inseguros o a la defensiva, lo cual puede obstaculizar su crecimiento.
Poseer una mentalidad de crecimiento tiene un gran afecto en cómo las personas abordan los desafíos y en cómo se sienten con ellos mismos.
Cómo ayudar a desarrollar una mentalidad de crecimiento
Una gran parte de tener una mentalidad de crecimiento es no permitir que los percances interfieran en nuestra determinación por mejorar. Por lo tanto, es importante recordar que los obstáculos pueden ser en realidad una manera de avanzar.
La clave para progresar y seguir adelante es saber cómo defender sus intereses. Hablar cuando algo no funciona y pedir ayuda pueden conducir a soluciones, y por lo tanto a una mejoría.
Aprender a defenderse es una habilidad que se desarrolla con el tiempo. Los niños pueden comenzar a aprenderla y practicarla desde temprana edad. Cuanto antes suceda, mejor. Sin embargo, las personas pueden desarrollar la habilidad de abogar por sí mismas a cualquier edad.