4 maneras de ayudar a su hijo a construir una red de apoyo
De un vistazo
Una red de apoyo se refiere a las personas en la vida de su hijo que pueden ofrecerle apoyo emocional y práctico.
Es bueno que los niños sepan que todos necesitamos ayuda, y que está bien pedirla cuando es necesario.
Retirar poco a poco la ayuda que usted proporciona a su hijo puede ayudarlo a acercarse a otros cuando necesite apoyo.
Todos los niños necesitan una red de personas a quienes puedan recurrir en busca de apoyo más allá de sus padres. En el caso de los niños que piensan y aprenden de manera diferente es especialmente importante poder abogar por sí mismos y pedir ayuda. Esta es una habilidad que pueden comenzar a desarrollar desde la escuela primaria, y que además los beneficiará toda su vida.
Las personas de la red de apoyo de su hijo son aquellas en las que él (y usted) confían y en quienes pueden contar para obtener ayuda práctica y emocional. Pueden provenir de diferentes lugares de su vida, y pueden ir cambiando a medida que su hijo crece. Por ejemplo, la maestra de baile o de alguna otra actividad extra programática de su hijo podría ser una. O su tutor. Incluso podría ser un niño o niña mayor que también piensa y aprende de manera diferente y con quien su hijo se siente cómodo hablando.
Estas son cuatro formas de ayudar a su hijo a construir su propia red de apoyo.
1. Modele cómo pedir (y ofrecer) ayuda
Es importante que su hijo sepa que todos necesitamos ayuda de vez en cuando, no solo él, y que no hay nada de malo en pedirla. Usted puede modelar esto en casa, al pedirle ayuda a él cuando usted lo necesite, y luego mostrarle su agradecimiento. Él podría, por ejemplo, acomodar las compras del supermercado en su lugar, o ayudar a que su hermano menor esté listo para ir a la cama mientras usted termina de limpiar la cocina.
Su hijo también podría beneficiarse de verlo a usted cuando apoya a otros. Por ejemplo, si usted le lleva comida a una vecina que acaba de tener a su bebé, pídale a su hijo que ayude a preparar los alimentos o a llevarlos. De esta manera, también puede ver cómo otras personas aceptan ayuda.
2. Comience a retirar la ayuda poco a poco
A medida que los niños crecen, enfrentan constantemente nuevos desafíos. Por supuesto que usted quiere ayudar, pero es importante que su hijo comience a manejar algunos de sus problemas sin usted. Esto incluye encontrar a otras personas que puedan ofrecerle apoyo y consejos.
Tal vez su hijo de pronto empiece a tener dificultades para hacer amigos cuando nunca antes los había tenido. O tenga una maestra con la que no logra entenderse. En vez de saltar a arreglar la situación, pregúntele a quién podría recurrir para obtener ayuda. Por ejemplo, ¿hay alguien con quien pueda hablar en la escuela? Usted también puede sugerir personas. “Recuerdo que mi prima Jenny tuvo algunos problemas con amigas cuando tenía tu edad. Ella podría darte buenos consejos.” O, “seguramente tu consejero en la escuela puede ayudarte a encontrar la manera de hablar con tu maestra de ciencias”.
3. Agrande el círculo
Cuánto más cosas haga su hijo afuera de su casa, más oportunidades tendrá de conocer personas que podrían ser buenas fuentes de apoyo. Trate de involucrar a su hijo en actividades en su comunidad.
Quizás podría unirse a un grupo de jóvenes de la iglesia o templo. O ayudar a algunas mamás conocidas, cuidando a sus hijos durante los fines de semana. Por otro lado, podría haber proyectos comunitarios voluntarios en los que usted podría participar junto con su hijo, como familia. Es importante para su hijo que sepa que usted no es la única persona que quiere que él salga adelante, o la única persona que valora su contribución.
4. Alimente los intereses de su hijo
¿Tiene su hijo alguna pasión por algo? Ponerlo en contacto con las personas que tienen sus mismos intereses lo ayudará a conocer personas de su edad, así como niños mayores y tal vez adultos que eventualmente podrían apoyarlo.
Su hijo de primaria que ama a los animales podría cuidar las mascotas de los vecinos cuando salen de viaje. Su hijo de escuela media que juega futbol podría asistir a un programa organizado por el entrenador de la escuela. Y si su hijo adolescente está interesado en una carrera en el campo de la salud, tal vez podría ofrecerse como voluntario en el hospital comunitario o en un hogar para ancianos.
Una buena manera de que su hijo empiece a construir una red de apoyo es pensar en las personas a las que ya recurre en busca de apoyo, y pensar también en qué clase de apoyo le gustaría tener. Hable con él de manera abierta acerca de sus diferencias de aprendizaje, de modo que pueda entender mejor sus fortalezas y sus debilidades. Ser consciente de sí mismo puede ayudarlo a ver dónde necesita ayuda.
Construir una red de apoyo no solo proporciona un círculo más amplio de personas a las que su hijo puede recurrir, sino que también lo ayuda a desarrollar su autoestima y sentido de independencia.
Puntos clave
Participar en actividades de la comunidad puede exponer a su hijo a nuevas personas que pueden ser de apoyo para él.
Dejar que su hijo explore sus intereses podría ayudarlo a conocer a otros adultos y niños que pueden apoyarlo.
Hacer que su hijo piense en las personas a las que ya recurre cuando necesita ayuda, es un buen comienzo.