No eres el único: Mi hija también tiene problemas en la escuela
Mi historia
Yo era una mamá joven e inexperta cuando nació mi primera hija. Mi esposo y yo nos habíamos mudado de Venezuela a los Estados Unidos y estábamos lejos de la familia. Yo ni siquiera sabía si debía hablar inglés o español con mi hija. Me sentía sola y confundida.
Qué estaba haciendo
Una vez que me di cuenta que mi hija tenía dificultades de atención, comencé a leer todo lo que encontraba en Internet para poder entender qué le pasaba. Encontré mucha información que no era confiable ni veraz. Acabé sintiéndome abrumada y sin saber qué hacer.
Cuando la llevé al médico le hicieron una serie de pruebas. También estaba en contacto con la maestra, quien compartía mis preocupaciones. Me llamaba diciendo que a mi hija le costaba enfocarse y se la pasaba en las nubes. La maestra me explicó que mi hija no socializaba con otros niños y que tenía más dificultad para aprender que los demás niños.
Todo eso fue muy duro para mí y me llenaba de angustia. No tenía la información adecuada, lo que hizo que las cosas fueran más difíciles de lo necesario.
Lo que hubiera deseado saber antes
Me hubiera gustado saber desde el principio que no éramos los únicos que teníamos ese problema. Muchas familias, tanto inmigrantes como no inmigrantes, tenían experiencias similares. De hecho, descubrí que uno de cada cinco niños piensan y aprenden de manera diferente al igual que mi hija.
Me hubiera gustado saber antes que en los Estados Unidos hay leyes para proteger a los niños. Una de las más importantes es IDEA, la cual puede proveer servicios a los niños en las escuelas. Otra es la Sección 504, que permite que los niños elegibles tengan un plan 504.
Toda lo que se refiere a leyes y servicios escolares puede ser muy complicado. Por lo que el gobierno estableció centros de capacitación para ayudar a las familias ¡Y en todos los estados existen estos centros!
Actualmente yo trabajo en uno de esos centros, el centro de capacitación e información para padres. Ayudo a padres, como mi esposo y yo cuando nos mudamos a Estados Unidos, que no saben qué hacer ni a dónde ir. Las diferencias en la manera de pensar y aprender no son raras en los niños. Existen recursos y ayuda en la comunidad. Solo hay que saber dónde buscar.
En cuanto a hablar inglés y español con mi hija, hablo ambos idiomas con ella y es algo maravilloso.