Consejos prácticos para la sobrecarga sensorial y la ansiedad
Consejo práctico 1
Conozca qué desencadena una reacción negativa.
Conozca qué desencadena una reacción negativa.
¿Las multitudes y el ruido son un problema? Planifique su viaje para una época en la que no hayan demasiadas personas. O aclare que se irá temprano si usted o algún miembro de su familia experimenta una sobrecarga emocional.
Consejo práctico 2
Dedique tiempo a prepararse.
Dedique tiempo a prepararse.
Antes de estar en una situación que pudiera ser abrumadora, hable sobre qué podría suceder. Incluya tiempo para hacer algunos saltos de tijera o flexiones para ayudar a regular el sistema sensorial. Elija ropa cómoda la noche anterior para que nadie se despierte pensando en qué ponerse.
Consejo práctico 3
Proponga estrategias.
Proponga estrategias.
Encuentre un momento tranquilo para hablar de qué hacer para que las cosas sean menos estresantes. Por ejemplo, ¿ayudaría pedirle a la abuela que en lugar de abrazos saludara con la mano? ¿O explicarle a su anfitrión que hay ciertos alimentos que usted no puede comer?
Las personas con dificultades del procesamiento sensorial a menudo se sienten ansiosas. Esto se debe a que no pueden controlar todos los aspectos de su vida diaria. Algo podría pasar que los incomode. Las luces brillantes, los ruidos fuertes y los olores intenso pueden causar estrés y una sobrecarga sensorial.
La mayoría de las personas no tienen dificultad para organizar la información que captan a través de sus sentidos. Pero los niños y adultos con dificultades del procesamiento sensorial sí tienen esa dificultad.
Hay quienes son mucho más sensibles a cosas como sonidos, luces, texturas, sabores y olores. Posiblemente traten de evitar los estímulos sensoriales que no pueden tolerar.
Otros pueden ser menos sensibles a estas cosas. Por ejemplo, podrían buscar (o no notar) el estímulo sensorial de sabores fuertes, luces intermitentes o música a un volumen alto.
También hay personas que son extremadamente sensibles a algunas cosas y poco sensibles a otras.
La ansiedad es más común en las personas que son extremadamente sensibles. A menudo se preocupan por lo que podría suceder. Las fuentes de estrés podrían incluir:
Lugares que saben que son ruidosos o muy concurridos, como una fiesta.
Lugares nuevos que podrían parecerles intolerables.
Sentir que no están preparados o preocuparse de que suceda algo inesperado.
Conozca más acerca de la sobrecarga sensorial y la ansiedad, y cómo ayudar.
Profundice
Sobrecarga sensorial y ansiedad
La sobrecarga sensorial ocurre cuando uno o más de nuestros sentidos están sobreestimulados. El cerebro recibe repentinamente demasiada información para procesar.
Tal vez sea el ruido de los secadores de manos en un baño público. O un bar en el que hay televisiones encendidas en canales diferentes. O la rutina matutina de vestirse.
Los desencadenantes de las sobrecargas sensoriales varían según la persona. Pero son tan intensas que ciertas actividades cotidianas generan ansiedad. A las personas les podría preocupar cuándo o dónde se sentirán abrumadas, y cómo podrán escapar de esa situación.
Así podría expresarse la ansiedad en las personas que tienen dificultades del procesamiento sensorial:
Una niña de primaria que es hipersensible a los sabores y las texturas de los alimentos podría negarse a dormir en casa de una amiga porque le preocupa qué le darán de comer.
Un adolescente que es muy sensible al tacto podría aislarse en las reuniones familiares para evitar los abrazos.
Un adulto que no puede tolerar el sonido del zumbido de los insectos podría estar tenso por tener que ir al campo, o sentir pánico si un insecto (con zumbido o sin él) se acerca demasiado.
A veces puede ser difícil saber si lo que está observando son señales de una dificultad sensorial o es otra cosa.
Por ejemplo, los niños que se resisten a vestirse por las mañanas podrían ser hipersensibles a la textura de la ropa. O podrían estar ansiosos por tener que ir a la escuela debido a una diferencia del aprendizaje no diagnosticada.
Una pista importante es que es inusual que las dificultades sensoriales se limiten a una cosa, como vestirse. Otra pista es el momento. Un niño con dificultades sensoriales podría evitar el momento de vestirse todas las mañanas. Pero un niño con ansiedad se podría resistir a vestirse únicamente los días que tiene que ir a la escuela.
Conozca más sobre las dificultades del procesamiento sensorial y lo que podría estar aumentando la ansiedad. Por ejemplo, los niños con TDAH suelen tener dificultades sensoriales y ansiedad. Lo mismo ocurre en niños con el trastorno del espectro autista.
Existen maneras en las que usted puede ayudar a manejar tanto las dificultades sensoriales como la ansiedad: