¿La velocidad de procesamiento varía según la actividad?

P. Si una persona tiene una velocidad de procesamiento lenta, ¿es posible que realice con lentitud algunas tareas pero no otras?

R. No solo es posible sino que es bastante común. La velocidad de procesamiento no es un concepto que se aplique a todo por igual. No se trata solamente de qué tan rápido escribimos o qué tan rápido respondemos una pregunta. Tampoco se trata de la rapidez con la cual nos vestimos para ir al trabajo o la escuela.

La velocidad de procesamiento es una mezcla de factores. Uno de ellos es la habilidad para procesar información verbal. Otro es la habilidad para procesar información visual. Un tercer factor es la capacidad para tener una respuesta motora rápida.

La velocidad de procesamiento lenta no es en sí misma una diferencia en la manera de pensar y aprender. Pero una limitación en una o más de una de las áreas puede causar dificultad con el aprendizaje, el trabajo y las actividades diarias. También puede afectar las diferencias en la manera de pensar y aprender que alguien tiene.

Es poco usual que las personas con una velocidad de procesamiento lenta sean lentas en todas las áreas de procesamiento. Por lo general, son lentas en ciertas áreas y en otras no. Incluso, pueden ser más rápidas que otras personas en algunas de sus habilidades de procesamiento.

Por ejemplo, un estudiante puede que no responda las preguntas del maestro tan rápidamente como sus compañeros, aunque comprenda los conceptos. Pero ese niño podría tener habilidades visomotoras rápidas y ser un jugador destacado en el baloncesto. Un adulto podría tardar mucho tiempo en escribir sus ideas, pero ser muy rápido para comprender y responder al lenguaje hablado.

Las personas con una velocidad de procesamiento lenta puede que también sean inconsistentes de otras maneras. Podrían ser rápidos en una tarea y lentos en otra, aunque ambas tareas parezcan similares. Una razón podría ser que la información se transmite de diferente manera.

Es importante comprender estas inconsistencias. Conocer dónde radican las dificultades para procesar información puede ayudar a anticipar los problemas. También puede ayudarlo a encontrar estrategias y apoyos que podrían ser útiles.

La única manera de tener un panorama completo es a través de una evaluación. En el caso de niños puede realizarse en la escuela o de manera privada. Los adultos también pueden ser evaluados de manera privada.


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